lunes, junio 01, 2020

El escorpión y la rana


“Un día, un escorpión le pidió a una rana que lo ayudara a cruzar el río, prometiendo no hacerle ningún daño, puesto que si lo hacía, ambos morirían ahogados. La rana, tras una desconfianza inicial,  accedió, subiéndolo a sus espaldas, pero cuando están a mitad del trayecto el escorpión pica a la rana. La rana, sorprendida por lo que acababa de suceder, le pregunta incrédula: “¿Cómo has podido hacer algo así? Ahora moriremos los dos», ante lo que el escorpión responde: «No he tenido elección; es mi naturaleza».

                Prácticamente, el artículo, se comenta sólo con leer, la fábula clásica que lo inspira, aunque por ponerlo en contexto herculano, basta con recordar la entrevista en videostreaming, que se le hizo a Quique Hernández, el pasado 15 de mayo. En ella, Quique Hernández, pedía a la familia herculana, un (nuevo) voto de confianza, que habían aprendido de los errores, y que no lo iban a hacer más, como si fueran niños, que juran y perjuran, que no volverán a hacer una gamberrada, para que les levanten el castigo…no les ha durado ni 15 días, la declaración de buenas intenciones, y en un picotazo certero, el escorpión ya se ha encargado de reventar el proyecto de la próxima temporada.
                
No es porque no vaya a venir Carmelo del Pozo. He llegado a una edad en la que creer mesiánicamente en un nombre, no va de ninguna de las maneras, con mi forma de actuar en esta vida. Simplemente, es porque veo, que las actitudes, que casi nos llevan a Tercera División, esta temporada pasada, todavía están ahí: Una guerra de egos, a ver quién impone su criterio, sin importar, lo que realmente debería importar, que es sacar la entidad adelante; que es devolver a la entidad, el prestigio perdido, deportivo, y sobre todo, institucional. No me importaría estar en Tercera con una directiva honrada, señora, que tenga respeto por lo que significa el Hércules para los alicantinos. El balón es caprichoso, y puede entrar o no, pero no soporto ver la reputación de la entidad por los suelos. El principal problema, en definitiva, es que en lugar de un escorpión, tenemos dos (o tres).

            Respecto a las ranas, me cuesta mucho creer que Quique Hernández no supiera, a estas alturas, que en cualquier momento, el escorpión le podía soltar el picotazo mortal, sobre todo, cuando lleva unos cuantos picotazos de antes. En cualquier caso, le honra, y le reconozco, que no quiera formar parte de la enésima farsa de la Compañía Ortiz- Ramírez, pero el papelón de vender un proyecto vacío, al resto de ranas, que nos abonamos año tras año,  aunque cada año cuesta más, no se lo quita nadie.
                
             Toda esta temporada, que se avecina, es una absoluta incógnita. No sabemos, si debido a la crisis sanitaria originada por la COVID, se permitirá el acceso de público, y en su caso, en qué condiciones. Tampoco sé, si el cuerpo me va a permitir seguir financiando la enésima chirigota de esta directiva, que ha conseguido que me plantee, si abonarme o no esta temporada, en caso de que pueda hacerse, aunque ello implique castigarme yo, y castigar al Club que llevo tatuado en mis genes, porque tengo claro que el Hércules no es Ortiz, ni Ramírez, ni Portillo, somos la gente que lo sentimos, a la que nos duele verlo en estas condiciones, que lo sufrimos, que lo amamos, lo respetamos y defendemos. Macho Hércules