Salvo dos momentos más o menos épicos(el 0-2 en el Camp Nou,
el 4-0 al descanso en la victoria ante el Atlético de Madrid), el lustro que ha
pasado el herculanismo ha sido bien duro a todos los niveles, empezando por el
deportivo, pasando por el social y el institucional.
Hace cinco años, el Hércules CF lograba en Irún el ascenso a
Primera que llevaba esperando bastantes años. Trece años habían pasado, desde
aquel domingo de junio, cuando el conjunto alicantino despedía la primera
división ante el Athletic de Bilbao(3-2). El destino caprichoso hizo que el
sorteo les uniera al conjunto vasco en la inauguración de la temporada 2010/11.
La semana previa, con el regusto del 2-1 al Rayo Vallecano a
última hora, fue larga hasta que llegó
el sábado. Se resolvió pronto con el 0-1 mientras los locales desaprovecharon
sus ocasiones. Que Deskarga marcara el gol en propia puerta sólo podía ser un
símbolo de “justicia” mientras sus excompañeros del Levante se dedicaron a
pasear por el feudo bético(4-0). La celebración en Luceros se hizo esperar pero
valió la pena. Nadie se imaginaba el mes de julio y agosto que iba a pasar el
herculano, las angustias que iba a pasar con el tema de la compra de partidos.
La única alegría acabaría siendo, muy lúgubre: todo lo que pasó, ocurrió tras
el fallecimiento de don José Rico Pérez. El ex presidente herculano que
disfrutó de la mejor época del club murió con el equipo recién ascendido y
nunca supo de modos y lo que pasó después.
El equipo hizo contrataciones espectaculares(Valdez,
Trezeguet,Drenthe,etc) pero luego acabó pagando los excesos bien pronto. Varios
incidentes acentuaron esa situación: el día antes de jugar con el Real Madrid,
el viaje en autobús hasta La Coruña en un fin de semana de huelga de controladores
aéreos, los escarceos de Drenthe…hasta acabar con el final de temporada. El
equipo descendió por la vía rápida. En la temporada siguiente, el equipo logró
la promoción de ascenso pero no se logró ascender. Con todo, ya se vislumbraba
algunos de los asuntos que laminarían el futuro: la crispación en la grada y
que fue de guerra en guerra(empezando entre pro-Mandias y anti-Mandias, pasando
por los que consideraban que lo sucedido en el verano de 2012 no debía plamarse
en el terreno de juego versus los que deseaban la catarsis. La ilusión se
mantuvo artificialmente con buenos resultados pero, a poco que no llegaban, el
técnico lucense era castigado por la grada. Más de una vez en esa temporada
2011/12 se llegó a cantar el “guantanamera”.
El punto de inflexión llegó hace tres años por estas fechas:
la llegada de Portillo, la salida de Sergio Fernández(aunque seguía en el club,
lo hacía en el ostracismo) y la llegada de Garcia Pitarch. Aún no sabemos cómo
se logró el ascenso, tampoco si valió la pena la salvación después de ver lo
que pasó en la temporada 2012/13. La continuidad de Mandiá, ante la crítica de
la mayoría, acabó logrando lo impensable: gritos en contra del entrenador…con
2-0 a
favor. Eso, en dos ocasiones.La salvación fue absoluta porque el equipo estaba
con 14 puntos en la jornada 20.
Lo que no ocurrió en 2013, sí llegó en 2014 y a lo grande. El
club apostó por un caballo equivocado pero también hay que ver que, sin ese
caballo, ya le habría costado hacer un equipo. Para entender el tema Pina hay
que sumar una dirección deportiva “missing” y una presión por el tema
presupuestario en la composición de la plantilla. Toda la gesta de la
permanencia del año anterior desapareció en la siguiente temporada y eso que
los números amenazaban con el fatídico resultado salvo un mes de diciembre
excepcional.
Este año, en 2ªB, se resume en una excesiva irregularidad en
la que la calidad de algunos componentes de la plantilla permitió estar arriba
y la ayuda del gol en propia puerta. El equipo ha sido el espejo de una dirección
que ha actuado de forma errática.
Cinco años de pocas alegrías y muchas penas, con un futuro
sin muchas expectativas.