En los prolegómenos del partido entre el Hércules y el Alavés se
rindió el merecido homenaje a Farinós, el “capo” del centro del campo
herculano entre 2006 y 2011. Irónicamente, el mejor año que tuvo el
centrocampista blanquiazul se produjo con el entrenador que estaba en el
banquillo vitoriano; mientras, Quique Hernández lo “sufrió” hasta en
tres ocasiones: el gol de Farinós ante el Albacete (2006/07) cuando el
de Anna estaba en el banquillo manchego y los dos únicos goles que marcó
“Fari”(como se le llamó cariñosamente en la grada) al Hércules en su
carrera. Aquí, un matiz importante: en la temporada 96/97 celebró el gol
mostrando la camiseta de los Yomus pero, en la temporada pasada, mostró
absoluto respeto a la grada cuando marcó el 0-1 del Villarreal (luego
Pamarot empató). Curiosamente, uno fue su primer gol como profesional…y
el otro fue el último. En el Levante U.D. logró acceder a la Europa
League (2011/12) y el ascenso del conjunto “groguet”. Dos buenos sabores
de boca antes de dejar la carrera como futbolista, en la que está
enmarcado con letras doradas los cinco años en el Hércules, un club
donde ya tiene su mérito que un jugador ya alcance tres años ante la
constante renovación en el equipo. Eso sí, pocos imaginaban ese
recorrido en Alicante cuando fue cambiado en “El Toralín” (jornada 41ª
temporada 2006/07, sustituido, al igual que Turiel, por el entrenador en
el minuto 34 con el marcador señalando 2-0 a favor de los bercianos).
Cinco años que tuvieron su cumbre en la temporada 2008/09 y su final
con el equipo bajando a 2ª División. Muchas dudas sobre el devenir
herculano, si hubiera podido jugar Farinós más tiempo.Eso ya nunca se
sabrá. Queda, eso sí, sus números. Jugó 146 partidos de liga y 7 de Copa
del Rey, o sea, 153 partidos oficiales. Marcó 22 goles, siendo el
jugador encargado de tirar penaltis en el equipo. Sin embargo, queda en
el recuerdo ese gol… que nunca pudo ser ante el Celta de Vigo, aquel
penalti maldito en la portería del fondo norte y con Falcón de
guardameta vigués. Un gol que pudo haber encarrilado el ascenso en la
temporada de los 78 puntos. Por otra parte, de los pocos goles que marcó
en jugada, destaca el empate a uno en el que era el estadio Manuel Ruiz
de Lopera y que ayudó a quitar dos puntos al Betis (de 1-0 a 1-1) y
ganar el golaverage particular con los béticos y que tan decisivo fue al
final.Otro gol, esta vez desde los once metros, que le hizo mítico fue
aquel ante la Real Sociedad donde se quitó la camiseta al marcar el gol
del empate. En esa temporada 2008/09 alcanzó su mejor momento, jugando
41 partidos de Liga y en el que contó con la inestimable ayuda de Abel
Aguilar.
Llegó Farinós, pues, en el mejor momento: joven pero con experiencia,
en esos años de madurez que suelen abarcar entre los 28-31 años.Tuvo
dos años en los que se esperaba más de él-si bien es cierto que, al
final de la temporada 2007/08, ya empezó a mostrar galones-, la
temporada pletórica, luego la del ascenso en la que comenzaban a
aparecer las primeras molestias- estuvo ausente, entre otras jornadas,
tres partidos de aquella mala racha entre marzo y abril (jugó 34
partidos en la edición liguera 2009/10) y, finalmente, doce partidos en
la segunda vuelta del año del descenso. Su único lunar negro fue aquel
corte de mangas tras errar un tiro y el público mofándose, producto del
cabreo por ir perdiendo 0-4 en un duelo directo ante el Osasuna. A pesar
de eso, su regreso con los del Villarreal, la temporada pasada, ya
supuso la reconciliación que, ante el conjunto alavesista, se terminó de
completar con los aplausos unánimes.
Apunte El gol de Diego Costa que supuso el 1-0 en el encuentro ante el A.C. Milan puede ser bonito o no pero deja bien claro lo que puede significar si un jugador hace ese último esfuerzo por llegar al balón centrado por un compañero. Ese tocar con la punta de la bota para empujar el balón a la red no es tan fácil como parece pero bien vale la pena intentarlo.