Se
dice que fue Emiliano Zapata quien dijo aquello de “Más vale morir de pie, que
vivir de rodillas”. La verdad es que yo veo ahora al Hércules, y no creo que ni
pueda morir de pie, esa oportunidad se le fue
en el año 2000, en aquellas horas en las que “casi” nos quedamos sin
equipo de fútbol.
De
aquella tarde, a hoy, no veo que haya mejorado mucho la cosa, aunque nadie nos
va a quitar los ascensos que hemos vivido, algunos muy de aquella manera, y
“corriendo un estúpido velo”, que hubieran dicho los Martes y Trece.
La
historia del Hércules, en esos 17 años de más, que hemos vivido, ha caído en un bucle infinito: siempre
parecía que íbamos a desaparecer, si bajábamos de categoría; y siempre parecía
que se iban a arreglar todos nuestros males, en caso de ascenso. Y lo cierto,
es que ni una cosa, ni la otra, aunque siempre hemos estado más cerca de lo
primero; que de lo último. Porque no, en
estos 17 años, también hemos pasado temporadas, en el fútbol profesional, y
nuestros problemas, no sólo no se han solucionado, sino que se han generado
unos nuevos, o los de siempre.
Y
es por eso que, en estos momentos, me pregunto si vale la pena seguir,
entiéndase, si por seguir entendemos, que el club continúe su andadura bajo el
yugo de la misma persona, cualquiera que sea el nombre de su cohorte de satélites,
que seguirán inyectando dinero in extremis, mientras tengan algún interés en
ello; y lo dejarán a su suerte, en cuanto ese interés, se desvanezca.
Yo
hace tiempo que no creo en caballeros de blanca armadura, que vienen al rescate
del “club de sus amores”, porque el Hércules es un símbolo de la ciudad que no
puede desaparecer, y bla bla bla…, esos tuvieron su oportunidad en la
ampliación de capital, y no, no apareció ninguno. No dudo que haya empresarios
alicantinos, y herculanos, pero también entiendo que “la pela es la pela”, y el
Hércules es un pozo sin fondo, tal y como lo han dejado ahora mismo. Y es por
eso, que, en estos momentos, me pregunto, si no vale la pena dejar descansar ya,
a este club maltratado, por doloroso que resulte, a quienes verdaderamente los sentimos. Dado que la única alternativa, que se ha postulado es
Ramírez, en el caso bastante improbable, de que el Hércules sortee a Hacienda…
y Bruselas, igual hacer esta reflexión no es absurdo pues, de otro modo,
continuaremos en el bucle infinito, de tener que elegir entre ver al Hércules
en el alambre, rindiendo pleitesía a quienes lo han llevado a esta situación; o dejarlo ya descansar, de esta agonía que
consume a los herculanos, y fagocita abonados, temporada tras temporada. Macho
Hércules