Que el Hércules C.F. como entidad no
ha cambiado a lo largo de las décadas, lo estamos viendo en la
actualidad. Sólo la situación mediática es totalmente diferente a la de entonces. Pero lo demás no varía: crisis económicas, deportivas e
institucionales han ido trenzando la existencia herculana a lo largo
de las décadas y con un lazo final en forma de “urgencias”de un
balón que se aloje en las redes rivales. Ahora asistimos a la última.
Por el momento, desde el punto de vista cronológico, pero no sabemos si real. El
tiempo lo dirá en los próximos años.
Desde que bajó en 1942, la historia
del Hércules se ha repetido a lo largo de las décadas: euforias
deportivas con resultado de ascenso, descensos casi
instantáneos(salvo en dos épocas, los pasos por primera división
han durado entre una-1946/47,1966/67,1996/97,2010/11- y dos
temporadas-1954/56,1984/1986-) y crisis galopantes por volver a la
élite. Así, una de las primeras crisis se tuvieron a comienzos de
los 50. Heliodoro Madrona. Luego, cada década tuvo su ración con
los mismos ingredientes. Sólo la época dorada pareció librarse de
eso, más lo que le sucedió desde 1982 hasta la actualidad ha sido
una complicación del tradicional problema en todas sus facetas.
Orgiles, Albarracín, una gestora y Aniceto Benito-desde 1988 hasta
1995- fueron los últimos presidentes como así se ha entendido, con
un proceso electoral. La transformación en SAD supuso el paso que, a
la larga, ha complicado la existencia en blanquiazul. Desde 1995
hasta 2015 hemos pasado por un auténtico tobogán que partía de la
“Herculesmanía” tras el ascenso a 2ª en 1993 hasta la actual
época depresiva en plena 2ªB. En veinte años, tres
ascensos(1996,2005 y 2010) y cuatro descensos(1997,1999,2011 y 2014)
pero, lo peor, una gestión que no ha sido positiva en ningún
momento: Con Gestión Herculana(la empresa creada con la entrada de
Antena 3 en el accionariado blanquiazul)y a la que se podría
extender la responsabilidad hasta diciembre de 1999. Los fichajes de
dudosa calidad y excesivo coste llevaron al equipo al segundo paso
por 2ªB y al proceso concursal de febrero de 2000(por más que se le
quiera añadir a Enrique Ortiz, el primer procedimiento concursal
tenía la responsabilidad económica de los anteriores gestores).
El paso de Ortiz por el club no se
puede calibrar de malo. Más bien, catastrófico. No hay cantera(en
varias ocasiones ha sido objeto de fuga de talentos), no hay
estructura de base ni de primer equipo. Lo único “perdonable”
consiste en algo tan triste como que “otros directivos tampoco lo
hicieron”. Así, por ejemplo, el filial del Hércules ha sido un
Guadiana mucho antes de 1999. A Ortiz se le podrá achacar, con
justicia, el daño inmenso al Hércules B cuando pisó Tercera
División(2003/04) y que ahora mire más a 1ªRegional que a Tercera
División sin que haya una causa “justa”. Otros filiales sí que
han visto una situación así cuando sus jugadores eran habitualmente
usado también por el primer equipo...pero no es el caso. Sobre el
tema institucional, ha carecido de intención de “profesionalizar”
el club y dejarse aconsejar bien sobre el intríngulis del fútbol.
Mal asesorado, ha cometido errores flagrantes. Se ha movido,
excesivamente, por “ramalazos”. Ejemplo de ellos fue 2003(marcha
de Rodríguez y su cuerpo técnico y contratación express de Javier
Subirats) y 2009(marcha de Mandiá como entrenador y contratación
express de Esteban Vigo). Ambos fueron producto del despecho. Sea por
enfado o por éxtasis, no ha dado estabilidad a todos los estamentos
del club.Sin embargo, paradójicamente, la mayor crítica al
empresario ha sido en el tema económico. Una continua carrera por
gastar más de lo que se ingresaba-a lo que hay que añadir una
afición y medios de comunicación alentando a la “guinda del
pastel”(muy habitual en épocas anteriores a Enrique Ortiz)- ha
dado con el equipo en su peor situación: un convenio complicado(y
ojo, menos mal que se concedió esa carencia de dos años para deudas
privadas en caso de descenso a 2ªB), una presión global al mundo
del fútbol y sus deudas ha creado unos ratios que se deben cumplir y
eso obliga al club(al menos, para estar más o menos saneado para dar
el salto a 2ªDivisión y no se nos baje) a llevar una cuentas
consecuentes. Se acabaron pues las “alegrías
económicas”(albricias, ya era hora) y se debe buscar el
equilibrio, situación en la que habría estado el Hércules si se
hubiese gestionado bien...pero con el habitual problema de no saber
encontrar ingresos atípicos.
Apunte. Para que una afición se
mueva en bloque es necesario que un “Cid” se postule. Mientras
que eso no ocurra, la desgana y la desilusión serán lo habitual
entre la masa herculana. Otros esgrimen que, mientras Ortiz no se
vaya, no aparecerán esos caballeros salvadores. Lo curioso es que
ese “Cid” sólo tiene que cautivar al IVF, no necesita al
anterior máximo accionista.Quizás, el problema esté ahí. Que no
hay nadie capaz de convencer al IVF para que tome las acciones y le
deje liderar el proyecto blanquiazul.