sábado, octubre 04, 2014

Sensaciones

Siempre he creído que el deporte, como muchas cosas en la vida, es un estado de ánimo, y de sensaciones, y tanto es así, que el devenir de una trayectoria en una temporada, o en un solo partido, se puede llegar a intuir, con solo estar receptivo a aquello que transmite, en este caso, el equipo. 

 Está claro, que con el Hércules es difícil hacer un pronóstico a largo plazo. Es un club, donde pasan demasiadas cosas, en demasiado poco tiempo, y es un club, demasiado vulnerable a cualquier acontecimiento que, como regla general, normalmente raras veces es positivo; pero si se mantiene el status quo actual, es bastante probable que terminada la fase regular, este equipo se encuentre entre los puestos que dan derecho a jugar la liguilla de ascenso. 

Crecemos, y lo mejor es que seguimos creciendo semana tras semana, incluso ya se empieza a ver fases de buen juego aunque, de momento, sólo abarque un tercio de la totalidad del encuentro, un porcentaje que, con el tiempo, debe tender a incrementarse. Porque esas son las sensaciones que actualmente transmite el equipo: el de ser un equipo en formación que está empezando a engrasar su maquinaria, y a encajar sus piezas. El de ser un equipo que está empezando a ser “equipo” (y valga la redundancia), y a asumir los automatismos necesarios, para proporcionar ocasiones de gol, y procurar que el rival no se las cree. 

Y fruto de esa madurez, nos encontramos cinco semanas sin haber conocido la derrota, cuartos en la clasificación (aunque con un partido más sobre el Badalona), y con la oportunidad de “demarrar” (usando argot ciclista) respecto de otro de los clásicos de la Segunda B, que a su vez es un rival a tener en cuenta a la hora de luchar por la promoción, pues lleva dos años seguidos jugándola, como es el Hospitalet. 

 Así pues, y como se suele decir, “hay que ir partido a partido”, y si no puede ganar, cuanto menos hay que tratar de no perder, que como también se suele decir por estos lares “Tota pedra fa paret”, y puntuar aunque sea por la mínima fuera de casa, siempre se agradece. Macho Hércules