domingo, agosto 17, 2014

Once años después


Entre el partido disputado en la última jornada de la temporada 2002/03 y el amistoso de ayer ha pasado poco más de una década, once años siendo precisos, en los que un servidor ha estado entre preferente y tribuna alta. Once años que ayer terminaron subiendo las escaleras de acceso a la nueva grada que, esperemos, dure un año...sea con ascenso a 2ª o no. Un año de transición hasta que las mentes que dirigen el club decidan que es un absurdo dejar cerrada una grada por primera vez desde que se inauguró el estadio. Puede que, quizás, en algún partido no se abrió pero no fue una medida drástica como la de este año. De esa grada se han dispersado los aficionados, algunos que habían conocido esa ubicación la temporada pasada, otros estaban allí desde el primer día. Todos con una sensación de tristeza, “morriña” por una grada que ahora queda fría y, lo peor, a la vista de casi todos que la poblábamos.


Han sido seis años que han abarcado desde la temporada de “Mr. 78 puntos” hasta la del descenso. Tenía además un añadido porque los últimos cuatro años habían permitido que un grupo de aficionados nos fuéramos viendo a menudo. Recuerdo a buenos amigos, conocidos de antes, como Luis Hernández, a Cecilio, Paco; también a los “vecinos” de asiento que, supongo, nos mirábamos con resquemor porque la primera temporada de asientos numerados fue la que jugamos en la élite y es normal pensar que, el que estaba al lado(y supongo que ellos lo pensaban también) era de los de “me abono cuando esté en Primera”. Al año siguiente, cuando nos vimos todos, ya vimos que no, que éramos herculanos de los que son capaces de dejar una comida por estar en el estadio a las cuatro de la tarde de un sábado del nacido septiembre y que nos habíamos comido mucho “bocata de jamón de york” y no caviar. Amigos que, aunque no supimos el nombre, estábamos ahí para la tertulia de comienzo del partido, durante los noventa minutos y en el descanso. Amigos con los que pasamos el mal trago del descenso y cuya magia se ha perdido para siempre. En cada grada, los “exiliados de tribuna alta” la miraremos y siempre será ese toque amargo al partido.



Sobre el encuentro, poco que decir porque ya muchos han escrito sobre su desarrollo. Una hora buena y, prácticamente, media hora de basura porque es lo que suele pasar con los partidos de presentación ante la afición(aunque no hubiera discursos), con infinidad de cambios. No voy a escribir que es un equipo ilusionante o “apañado” porque ya lo escribí hace 364 días y ya vimos. Tiene puntos positivos como el peligro que pueden ocasionar el tridente Casares-Fernando-Granell o una zaga que parece buena pero que necesita aún pulirse. Por lo negativo, quizás no vi un centro del campo que me convenciera, quizás porque, en el caso de Mikel Martins, aún tengo el único recuerdo agradable de la temporada pasada, que se llamaba Héctor Yuste, echando de menos la capacidad que tenía el de Cartagena de abarcar el centro del campo. No estoy diciendo que no me gustara, es que el “4” de la temporada pasada fue espectacular- a pesar de la lesión en el hombro-, mientras Miñano y Lázaro creo que pueden hacer algo más pero creo en ellos. La pretemporada ha demostrado que saben sufrir y guardar el resultado.



Apunte. Eso sí, habrá que esperar hasta el próximo día 31, ante el Huracán, para ver si lo del marcador fue un mal espejismo o es lo que nos espera. Y no lo digo por lo blanco de la pantalla o ese “mouse” moviendo el escudo del Albacete Balompié para ajustarlo. Me refiero al tema del cronómetro. Como dije en su momento, llevamos dos años desaprovechando el marcador...o mejor, decir nueve años.