Otra victoria más, la cuarta consecutiva desde aquel empate en Sabadell y sexta semana desde aquella derrota ante el Recreativo de Huelva que, por el momento, es la única derrota en competición. Victorias que tienen ese plus de preocupación por algún lance desafortunado(salvo el inicial 2-0 en la jornada inaugural, el resto han sido victorias por la mínima), pero que también hacen crecer a los jugadores en aspectos como el compañerismo o la solidaridad en el trabajo defensivo que ha logrado, por ejemplo, que se haya quedado en cuatro los goles encajados en estos nueve encuentros. Que el Hércules CF esté plantado en la primera posición, hagan lo que hagan los rivales hoy es un éxito inesperado, tanto como los 22 puntos en nueve jornadas, hasta el punto que una hipotética victoria en Villarreal el próximo martes podría dejar en 25, la mitad del recorrido, en sólo 10 jornadas y faltando poco más de tres cuartos de competición por jugar. Es cuando se pudiera decir que el pie va camino del primer escalón de objetivos: esos 51 puntos para la permanencia. Sé que muchos piensan que no es así, que se deben buscar objetivos ambiciosos pero creo que no hay nada más importante que ir a buscar la victoria en cada partido.
El triunfo de ayer tuvo aspectos positivos y no estoy hablando, por supuesto, de esa suerte que acompaña como en la segunda parte, donde el Nàstic dispuso de dos ocasiones de mucho peligro que Falcón y el poste ayudaron a que los catalanes no empataran. Lo que me pareció positivo fue la presión de tres cuartos que se hizo ante unos defensas que estaban como flanes y que, por sí solos, provocaron un continuo peligro sobre su puerta con los saques de esquina. La primera parte fue buena a pesar de la sensación de peligro que ofrecían los locales con sus llegadas, pero cuando un equipo sólo tiene un goleador como Powel(aparte de uno en propia puerta, los otros cinco los marcó él) pasa lo que pasa. El Hércules no llegaba con ese acierto pero sí daba esa sensación de poder golpear a poco que se acertara con la conexión de Abel y Míchel con Urko Vera. Disparo tímido de Diego Rivas, dos faltas mal ejecutadas y una jugada dudosa en el área local con la incursión de Calvo, trabado por un defensa. En la segunda parte no podemos decir lo mismo, parecía que el tiempo iba pasando lentamente y el juego no era tan certero mas, curiosamente, se creó más ocasiones producto de la necesidad imperiosa del Nàstic por no perder y que permitió a Sardinero, Abel Aguilar en dos ocasiones o Calvo poner el 0-2 en el marcador en contras-en el caso de Calvo fue una falta a Urko Vera y que Rubén despejó con dificultad. ¿Y el 0-1? Se marcó antes en un saque de esquina de Calvo al primer palo y Mora prolongaba el esférico hasta alojarse en la portería local entre varios rivales, siendo de los primeros goles a balón parado. Otra buena noticia será esa si comienzan a surtir efecto las jugadas preparadas. El Nàstic, tras tirar dos buenas ocasiones, lo intentaba pero ya era más cercano el 0-2 que el empate.
Apunte: Ayer mordieron dos equipos de los que estaban abajo sin sentido alguno. El FC Cartagena venció en el estadio de Montilivi ante el Girona CF mientras el filial culé superaba a los del Collao por 1-4. Dos equipos que sorprendían por su situación, destacando la situación de los departamentales que están en su tercera semana sin perder.
