Caramba, mirando el título, no puedo dejar de pensar lo fácil que sería hacer dos mínimas modificaciones en el mismo, para expresar lo que realmente quiero decir, aunque reconozco que no sería “políticamente correcto”.
Es una pena, que las ojeras que lucíamos con orgullo algunos en el trabajo, en la mañana del jueves, se hayan transformado en unos ojos inyectados en sangre (de ira), casi en el medio día, de esa misma mañana, al conocerse la alineación indebida del central Samuel Llorca , durante el transcurso del partido Hércules – Alcoyano .
No nos vamos a engañar, a ninguno de los dos equipos le convenía continuar en la competición copera, y menos al Hércules con la plantilla tan justa que tiene, pero si nos tenían que eliminar, que fuera en el campo, no en los despachos.
Muchos dirán que un error lo tiene cualquiera, y bla bla bla..más o menos la opinión que tiene el Hércules para no aceptar la dimisión del Delegado de campo, que es lo que tendría que haber hecho, porque si es verdad que un error lo tiene cualquiera, y tragando mucha bilis, lo puedo llegar a entender; dos,(y además en el mismo partido) ya son multitud. Y es que Abel Aguilar también estaba sancionado para esta competición, y fue convocado para el partido. De haberse tratado de un partido de liga, donde lo que está en juego son los puntos, y con ellos, poderse decidir una permanencia, y con ella, a su vez, una existencia, otro gallo habría cantado. Lo siento, otros Delegados de campo han caído por lo mismo, y éste no debe ser ninguna excepción, mantenerlo es faltarle al respeto a la afición y a aquellos que pagaron por ver el partido.
Y como hoy hay para todos, algunos igual todavía se estarán preguntando porqué he elegido este título, si la película, en realidad, es la versión acuática de “De los Apeninos a los Andes”. En su versión políticamente incorrecta, queda claro; en su versión políticamente correcta, en la película que da título a este artículo, hay un personaje llamado “Dolly” (no confundir con la oveja), que tiene la particularidad de olvidar al segundo aquello que ha dicho o hecho, pues bien, a Samuel, y a Abel Aguilar, es para darles de comer aparte también en este sentido. A un futbolista, no se le exige mayor esfuerzo intelectual, que el dar pataditas a un balón con cierto arte y criterio (esto último no puede conseguirse siempre) y, a ser posible, acordarse de las sanciones que tiene pendientes, que además, le son recordadas de forma escrita por la Federación.
Así que entre “Dollys” que no se acuerdan de sus propias sanciones; y “Dollys” que no se acuerdan de comprobar las sanciones de los jugadores, cuando es su trabajo hacerlo, vamos apañados… y aún tenemos toda la liga por delante..y ya con puntos en juego.
Espero, ya que no va a haber consecuencias, que por lo menos esto haya servido de escarmiento, y que este error, no se vuelva a repetir nunca más. Espero que tampoco tenga consecuencias, en el plano social, y que la gente que pensaba abonarse después del partido, lo siga pensando hacer. Macho Hércules
