Sin duda, es un problema: cuando las palabras se alejan de los hechos, pasan cosas como la de esta tarde en el estadio levantinista. Y no es la primera vez que se ha comentado en este blog. Cuando se perdió en Pamplona ya recordé que los jugadores habían dicho que lo de Getafe(3-0 en el Coliseum Alfonso Pérez) "no se volvería a repetir" pero volvió a ocurrir y no sólo ante los pamplonicas. Fueron varios 3-0 en la primera vuelta donde la imagen fue tan paupérrima mientras los jugadores hablaban y hablaban a lo largo de la semana. En los últimos instantes hemos asistido a una riada de frases hechas, comentarios desacertados considerablemente y que han conformado el enésimo sainete en esta tarde pésima. Recuerden, la medio espantada de Ortiz, anunciada el jueves y después maquillada de forma más lamentable. Recuerden aquella frase que decía que no querían tener un descenso(varios jugadores lo han comentado en esta semana), que "antes corrían tres y ahora corremos todos"(Valdez), todo lo que decía Djukic en las ruedas de prensa y cargado de un exceso buenista que, luego, no se vislumbra sobre el terreno de juego. Dos semanas después, la situación es la misma: volver a jugarse un partido a vida o a muerte tras un partido que recuerda los viejos tiempos. Llegará el momento de hacer análisis pero la primera conclusión es que las miras deben apuntar a una serie de jugadores que parece que no se comprometen, ni siquiera, con un entrenador que elogiaban en detrimento de Esteban Vigo(una de las actuaciones más lamentables de un profesional. Si aquella derrota ante el C.At. Osasuna olía muy mal(ya saben, hacer la cama), la de hoy sigue los parámetros de la falta de orgullo de unos jugadores a los que el futuro del Hércules les importa nada.
Una vez más, el partido fue el de otros encuentros fuera de Alicante. Gol a los cuatro minutos, un rival que se dedicaba a esperar la reacción rival con la tranquilidad de quien es capaz de llegar con facilidad al área visitante sin encontrar oposición alguna. Así fueron llegando algunos disparos del Levante UD desde la frontal que salían altos pero también una inoperancia defensiva visitante que dejaba que Rubén Suárez pudiera moverse fácilmente dentro del área grande, preámbulo de la ridícula jugada del 2-0 cuando Fritzler y Cortés no aciertan a despejar el esférico y Juanlu fusilaba dentro del área.Entre medias, pudo haber un penalty por supuestas manos de Abraham Paz y que pudo serlo si el colegiado González González hubiera señalado los once metros como aquel famoso Hércules-Cádiz de 2008. No digo que lo fuera, es que aquello no lo fue y lo pitó. En la segunda parte siguió el mismo juego: el Levante UD veía que no había peligro y se dedicó a controlar el encuentro y sólo al final un gol de Trézéguet pareció dar vida a un Hércules muerto que intentó reaccionar, achuchó pero había perdido el tiempo para haber reaccionado en condiciones. Ahora, todo está cuesta arriba: 12 puntos a sumar de 18 posibles. Con la actitud de hoy, nada que esperar.Espero, eso sí, que durante estas semanas estén calladitos y no desperdicien energía en titulares muy bonitos pero irreales.
