lunes, mayo 31, 2010

Pensando en Cartagena

El triunfo por 5-1 ante el Albacete Balompié, especialmente los primeros cuarenta y cinco minutos, abrió la posibilidad de confesar por parte de los aficionados herculanos: su pensamiento estaba en ese encuentro del próximo domingo en el Municipal Cartagonova y que definirá muy buena parte de sus posibilidades heculanas; el encuentro ante el Albacete debía ser un "trámite" ante la gran final. Será el momento, como comentemos a lo largo de la próxima semana, de jugarse todo por el todo en 90 minutos y eso requerirá una manera diferente de gestionarlo. Como salió en su día, recuperar el espíritu de Navacerrada cuando hace 25 años realizaron esa famosa concentración antes de jugar en el Santiago Bernabeu. Algo que sirva para reunir a los futbolistas y hacerles ver que hace falta de ir hacia adelante, dejar ese temor que tienen a domicilio porque no ven el modo de ganar. Seguramente, se deberán hacer a la idea de que la victoria será necesaria porque el Real Betis ganará al CD Numancia y tomarán ventaja durante 24 horas. En ese sentido saben que será ganar o ganar y, por ello, convendría que cogieran esa idea de que ganar en la ciudad departamental es necesario.

El partido ante el Albacete Balompié, en teoría, debería haber sido sufrido ante un equipo que llevaba nueve semanas sin perder. Además era un rival que tenía urgencias ante unos resultados muy peligrosos de sus rivales. Sin embargo, ganó la tensión herculana, la que era consciente de que son cuatro finales y la primera se tenía que ganar desde el principio. No estaba Delibasic pero sí Portillo. Tras un remate de Tote y otro de Sendoa que no fueron acertados, una jugada por banda izquierda llega a Portillo que, golpea para atrás para que Danciulescu marcase el 1-0. Bien pronto se ponían las cosas bien para los de Esteban Vigo. Un derribo de Cabrero a Sendoa fue suficiente para que Teixeira Vitienes señalara el punto de penalty. Como se comentó a lo largo de las semanas pasadas, Farinós cedió el balón para que Portillo iniciase su casillero de goles. SU disparo desde los once metros sirvió para sentenciar a los 20 minutos el triunfo. David Vidal cambió a su delantero Altobelli y al canterano Miguel Núñez antes de la media hora para intentar reflotar la nave pero el Hércules comenzó a recordar al de la primera parte: intentando ser fuerte y golpear como un martillo. Del posible 2-1 llegó el 3-0 en un contraataque que Portillo ejecuta a la perfección, sin tener que recurrir al mano a mano con Cabrero, gracias a un disparo seco y potente que se coló junto al poste. Danciulescu no quiso ser menos y, en una jugada de Tote, recibe el rumano el esférico y volvía a intreovirlo en la red. Al descanso, el 4-0 ya era definitivo. De la segund parte, poco que decir. El club manchego intentó marcar el gol del honor pero daba la sensación de no poder marcar un tanto a Calatayud. Los segundos cuarenta y cinco minutos sirvieron para dar los aplausos al rumano y, sobre todo, a Portillo que, por fin, podía borrar de su recuerdo su marcha del terreno de juego el día del Nàstic. Rufete tuvo la ocasión de marcar el quinto pero, en la siguiente jugada, cedió a Cristian que sí acertó a marcar el quinto gol. Los últimos instantes pudieron ser de la basura, olvidables si no fuera porque Teixeira Vitienes quiso ser protagonista con otro penalty, esta vez a favor del Albacete y que Stuani materializó para sus números particulares. Posteriormente, una falta creó un poco de crispación pero el final del encuentro lo apagó. A partir de ahora, la mente en Cartagena, en una final de órdago.



Apunte Cara y cruz en sentimientos. Un aplauso a la afición manchega porque estar animando tras un 4-0 en el descanso ya es de mérito, incluso colaborando en la ola de la afición herculana; por el contrario, lamentar una vez más los gritos esos absurdos de ¡A 2ªB!. No era justo ese trato a los aficionados rivales que ya tenían bastante con el choteo de los cuatro goles.