domingo, octubre 05, 2008

Ilusiones y sufrimiento.

Cuando Hevia Obras señaló el camino a vestuarios se confirmó que este Hércules no es el mismo de otros años. No quiero decir que por ello vamos camino de primera pero sí hay que valorar un aspecto fundamental: los equipos grandes no son imbatibles como en temporadas pasadas donde siempre estaba el pego ese de que estábamos más o menos cerca del ascenso pero fallábamos con los de arriba y así era imposible. En esta ocasión, el Hércules se acostaba líder tras haber superado a dos recién descendidos como son los maños y “granotas”, igualar a otro que no ascendió de milagro(donostiarras) y al que será el equipo revelación(Rayo Vallecano). Para un inicio temido la respuesta está por encima de las perspectivas. Obviamente no es bueno que se hable de ascenso, ni siquiera en la semana previa si puede ocurrir el feliz recuerdo, pero empezar a creérselo no vendrá mal. No en lo que se refiere al ascenso sino en el hecho de que, a mayor confianza, el juego mejora y las ocasiones llegan con más facilidad porque, además, el estadio se tiene que ganar el respeto no tenido en la temporada pasada por poner un ejemplo. Porque lo de este Hércules tan alto tiene su mérito en un juego a pesar de no contar con un nueve específico tras la lesión de Delibasic y la puesta en forma de Rubén Navarro. El Real Zaragoza, dominador territorial en la primera parte, vio como sus dos delanteros estrella eran tapados brillantemente por Paz y Sergio Fernández y el peligro tenía que venir por las alas o por balón parado. El Hércules no estuvo bien en la primera parte pero también fue de menos a más mientras que los maños les costaba llegar a la portería defendida por Calatayud, espaciándose las jugadas de peligro aragonesas. También el cancerbero blanquiazul tuvo la suerte de cara en la primera parte con un blocaje fallido del balón que se fue en medio de dos jugadores maños. Antes del cuarto de hora se pudo repetir la historia de hace dos semanas con una falta lateral que a punto estuvo de acabar en gol. Pero el verdadero calvario llegó en los últimos minutos: a la lesión de Ewerthon siguieron unos minutos de dominio mayor del Hércules que, sin llegar a crear peligro de verdad, se acercaba con intensidad a la meta defendida por López Vallejo.

Cuando esperábamos que con Braulio en el campo iba a aumentar el peligro maño llegaron los minutos del éxtasis herculano. En apenas cinco minutos el Hércules se puso en clara ventaja tras los goles de Tote y Abraham Paz(se lo llevaba mereciendo desde el inicio de temporada) más un balón que estuvo a punto de entrar tras tiro cruzado de Tuni. Se veía un festival de goles pero llegó uno en la meta herculana de imponente tiro que entró por donde no había hueco. El 2-1 atemorizó un poco a la afición y frenó el entusiasmo de los jugadores. El Real Zaragoza se había recuperado del mazazo y buscó el empate que pudo llegar con un disparo al poste. Pero el mayor peligro llegó con el penalty en una jugada embarullada que era difícil pitar algo. Se fue a lo fácil y pitó la máxima pena. No voy a decir que no era pues necesito precisarlo con las imágenes pero lo que sí es cierto es que hay una leyenda que , a veces, se cumple y es que cuando no es penalty se acaba fallando. Oliveira, que quizás “señaló” el tiro por su modo de ejecutarlo, vio como un espléndido Calatayud- me recuerda a Moso en la primera temporada cuando tenía la suerte de cara- despejaba el balón hacia fuera(que no hacia saque de esquina). En ese momento, el Real Zaragoza trató de recuperarse del varapalo de fallar la ocasión del empate mientras el Hércules agazapado en la defensa comenzó a tener otras ocasiones como otro disparo cruzado que no entraba por poco. Entre medias, el equipo maño veía como otro jugador, Chus Herrero, se tenía que retirar en camilla tras amago de intentar retirarse a pie mientras Pavón se caía al suelo también producto de problemas físicos. Con el citado pitido, el público pudo respirar y celebrar otra tarde de ilusión.

Apunte Se temía el regreso a la competición de Hevia Obras tras tres semanas sin pitar. Sin comentar el penalty hasta que no vea las imágenes, es cierto que se mostró más comedido a la hora de amonestar a los jugadores aunque se equivocó con Raúl tras creer que se tiraba en el área en un contacto.