martes, abril 15, 2008

Anhelando una final

Mañana miércoles se juega una final atípica como muchas de las que se están viendo en la competición copera en los últimos tiempos. El encuentro entre el conjunto valencianista y el getafense llama la atención por varios factores: la segunda final consecutiva del conjunto azulado del Coliseum, un duelo de viejos amigos-no se puede olvidar que ambos clubes se ayudaron tras el ascenso del Getafe a Primera División-. Tras cuatro temporadas, el equipo del sur de la capital, está plenamente consolidado en la división de honor tras jugar dos años la final o haber hecho un papel tan impresionante en la UEFA que se ganó el aprecio de mucha afición española. Ha contado con tres entrenadores durante estos cuatro años y que han dado el salto(Quique S. Flores y Bernd Schuster al Valencia y Real Madrid respectivamente) o lo darán(Cruyff da el visto bueno a la llegada de Laudrup al FC Barcelona) pero que no han afectado al club. Sin duda, ojalá el Getafe venciera al Valencia en la final de mañana, deseando que nadie vea en este comentario un deseo contra el conjunto ché sino de halago por el rival.

Porque lo del Getafe es de ensueño…y de cierta envidia. Recordando aquel último encuentro que se jugó en el Rico Pérez en 2002, me vienen muchas pequeñas historias. Por ejemplo, aquel viernes fue el último para Álvaro Pérez en el propio estadio pues una semana después fue cesado, aquel 2-3 fue el definitivo salto de confianza del equipo madrileño a la hora de alcanzar la promoción- aunque de todos es sabido el recuerdo de aquel dos a uno que marcó en la última jornada ante el Alicante y que les permitió jugar la promoción a costa de la Universidad de Las Palmas- y lograr el ascenso. Dos años después sorprendía a los demás con un ascenso a primera división, impensable al final de la primera vuelta. Mientras que el Hércules pugnaba por salir de la 2ªB, aquel conjunto que había olvidado su vetusto estadio hace poco menos de una década y ya hacía un tiempo que jugaba en su flamante Coliseum Alfonso Pérez, se vestía de gala. El primer año se consolidó sin ningún problema clasificatorio-tiene mérito pensando que la terna de cancerberos ha estado en el Hércules en los últimos tiempos- pero es que el segundo año, quizás más difícil, se resolvió con una facilidad pasmosa y colocándose noveno al final de la temporada. De las dos últimas temporadas-contando ésta- poco más que decir. Aquel 4-0 al conjunto culé no sólo fue la respuesta a la victoria azulgrana en la ida sino un mensaje claro al resto de los clubes.

Pero el hecho de desear que el Getafe gane al Valencia en la final va más allá. Es el anhelo de que ojalá el Hércules, en un futuro no muy lejano, pudiera repetir tales gestas que parecían sólo al abasto de los grandes y ahora clubes modestos pero con orgullo de sobra lo consiguen. Ojalá el trabajo que se inició en semanas pasadas tenga su recompensa en próximos años viviendo momentos como los que vive el conjunto de Getafe. Yo doy por hecho que la próxima temporada no será la idónea pero dicho trabajo es a medio plazo y es ahí donde se debe dar los pasos para que, en unos años, este Hércules llame la atención por cosas positivas.

Apunte Cada semana me parece más evidente que la Real Sociedad tiene pie y medio en el ascenso. En su contra jugará la presencia de Lillo en el banquillo pero, en su favor, lo está la sensación de que ni Sporting de Gijón, ni Elche ni demás rivales aguantarán el paso del conjunto donostiarra.