jueves, mayo 24, 2007

Enojo mal entendido

Ese será el pensamiento que muchos de los colegiados tendrán acerca de la estupefacción de clubes y aficionados por lo que está ocurriendo con el asunto de las actas arbitrales. En busca de la complicidad, se han encontrado tan solos como siempre… o peor: si antes caían mal, ahora serán objetivo cruel pero merecido de todo el mundo. Todo, al parecer, empieza tras quitarse en el Comité la tarjeta amarilla que Muñiz Fernández mostró a Beckham en San Mamés por presunta pérdida de tiempo. Y digo al parecer por la sencilla razón de que los colegiados nunca se han mostrado partidarios de que altas esferas federativas corrijan sus errores de bulto y la “marejadilla” ya llevaba tiempo en el interior de cada uno de los árbitros. Desde entonces, su medida ha acabado dando una imagen que la LFP no merece: una competición adulterada, cientos de jugadores que, en estas jornadas, han visto que su amonestación ha quedado en nada porque el propio comité no ha tenido más remedio que quitarles la tarjeta amarilla. Ello ha conllevado que muchos de esos jugadores que, en teoría, deberían cumplir un partido de sanción por alcanzar el cupo de cinco amonestaciones puedan seguir jugando como si nada hubiese ocurrido.

Hace unos meses daba razones para dejar bien claro que esa historia de la necesaria “profesionalidad” del colegiado era una reclamación que, siendo justa-nadie niega que los árbitros puedan ser profesionales- no tenía nada que ver con su rendimiento en el terreno de juego. Es decir, que, por el hecho de ser profesionales, iban a seguir cometiendo errores garrafales y las polémicas seguirían siendo habituales. Esa unificación de criterios tan deseada por clubes y aficionados se quedará, como siempre, en una o dos jornadas para, posteriormente, asistir a espectáculos dantescos, incluso dentro de un mismo encuentro. Entre las razones, destacaba que esa tradicional “ley de la compensación” no iba a desaparecer ya que es algo propio de quien es consciente de haber cometido un error y necesita algo que cubra su fallo pero que acaba potenciando sus efectos nocivos con otra decisión errónea; otro aspecto es el miedo a todo lo mediático que relaciona a determinados equipos-no tiene que ver con la frase de que los equipos grandes atacan más que los chicos pues, a veces, ha ocurrido que el penalti flagrante del equipo chico se ha negado mientras el piscinazo del equipo grande ha acabado siendo señalado como pena máxima… nunca al revés-; a estos motivos, le unimos lo que estamos asistiendo estas semanas: el afán de protagonismo que algunos se obstinan en hacer en determinados encuentros. En sí, ese anhelo de no querer pasar inadvertido es el principal defecto del arbitraje español.

Apunte Varias emisoras han dado a conocer y coincidir que Toni Prats ha fichado por el Hércules. El cancerbero de 35 años habría firmado dos años con el equipo blanquiazul. Quizás, Subirats ha visto en Prats el portero veterano que quiere para el club, a la par de Alberto, fichado el año pasado por el Real Valladolid, con 37 años.