domingo, abril 01, 2007

La crisis ajena

En esta semana se ha asistido, en la distancia, a los problemas judiciales de Dmitri Piterman con la plantilla y a la oferta de compra de acciones por parte de un grupo de empresarios que quieren hacerse cargo del conjunto alavesista. El polémico dirigente del conjunto vitoriano, que ha demostrado una vez más lo terriblemente negativo que fue lo de las SAD, sigue con sus historias de entrenadores y ha logrado la sempiterna inestabilidad en el banquillo: salvo el primer año- aunque hubo bastantes momentos de amenaza de cese de Chuchi Cos-, las dos últimas temporadas han sido desquiciantes: en las dos ocasiones, el técnico que hizo la pretemporada se quedaba fuera a las primeras de cambio; Chuchi Cos se hacía cargo en la primera vuelta para ser cesado posteriormente; llegaba un técnico que apenas duraba un mes(J.C. Oliva en la 2005/06 y Fabri en la 2006/07) y acaba recurriendo a Mario Luna a finales de la temporada. En esta ocasión, aquel lío que se armó por las críticas mutuas entre Lluís Carreras y el mandatario ucraniano-norteamericano. Todo ello en un ambiente hostil con la afición gritando y deseando que el "martirio Piterman" acabe antes de que el presidente los hunda en la mediocridad definitiva. Desde las instituciones locales se apuesta por reducir los fondos al Alavés. En definitiva, un caos, del que no se libra el aspecto deportivo: un portero mediocre, una defensa que en casa es mejor que en los desplazamientos, un centro del campo donde Astudillo es el único que lidera al equipo(si se le anula se lograría buena parte del botín) mientras el resto de sus compañeros están a la altura de su posición en la tabla: discreción; para remate, la ausencia de Aloisi y Ogbeche puede facilitar el trabajo a la zaga herculana. Aunque su racha en casa es la que hace que estén en esa discreta posición, la realidad es que sólo ha ganado uno de los últimos cuatro encuentros en Vitoria... y ante el Vecindario. Aunque un empate no estaría mal, la victoria puede ayudar a uno de los dos equipos a pasar una semana algo más tranquila.

Para el Hércules, el encuentro de hoy es una ocasión pues, para terminar de desquiciar al rival vitoriano. La semana en Alicante ha sido opuesta: la victoria ante el Salamanca tranquilizó al entorno, luego las noticias relativas al Rico Pérez y la entrega de la documentación para que el 11 de abril sea recuperado anímicamente como propio(como he comentado durante esta semana, estará en el patrimonio de la sociedad máxima accionista del club), los planes estratégicos anunciados(otra cosa es que acabe siendo una cortina de humo) han creado ilusión en la afición. De esa manera, el Hércules afronta este encuentro con el interés de finiquitar cualquier miedo y dejar para el resto de la temporada otras cuestiones como el ansiado bueno juego(a falta de objetivos y con la tranquilidad de la salvación) o empezar a plantearse la evolución de la próxima temporada. Del equipo blanquiazul poco que decir cuando, por fin, todo apunta a que jugará el mismo once que la semana pasada; así, por ejemplo, aprovecha el interés de Kike Mateo por terminar de quedar bien pues su propia apatía de estos meses pasados le restaba credibilidad tanto en la renovación como en demostrar a su supuesto futuro equipo que era un jugador a tener en cuenta. Parece como si alguien, un técnico del club o su representante, le haya dejado bien claro que su trayectoria última le hace más susceptible de estar en un equipo de segunda mediocre que de primera. Hoy es un día en el que el empate o la victoria sería algo a lo que optar a poco que se pongan en el trabajo, la otra parte del trabajo la podrá hacer la afición alavesista, mosqueada con el presidente y deseando que acepte la oferta de Asensi y compañía.

Apunte El Elche parece haber perdido el efecto David Vidal cuando más parecía que la salvación estaba a tiro de piedra. Desde que el equipo franjiverde empató a 37 puntos con el Hércules ha perdido los tres encuentros consecutivos. La derrota en Lorca es mucho más grave de lo que parece: perder con el penúltimo, dos partidos sin marcar y el encuentro ante la Ponferradina en casa es vital pues, a la vuelta de la esquina, se topará con Salamanca y Málaga, fuera de casa.