jueves, octubre 19, 2006

La eterna historia del silbato

No. No me quiero olvidar de este nefasto, terrible fin de semana que se vivió en el arbitraje. Bajo el estigma de, quizás, el peor partido de la temporada- no por calidad sino por la cantidad de errores- el resto de colegiados decidieron "ayudar" al canario tratando de aumentar la relación de los partidos con escándalos de mayor o menor repercusión: Ramírez Domínguez pitó dos penas máximas inexistentes o excesivamente rigurosas, Clos Gómez- ese tétrico trencilla que pitó el célebre Hércules vs. Xerez- pitó un penalty sorprendente en Pamplona, Muñiz Fernández anuló un gol legal al Sevilla y no vio otro penalty a favor del equipo hispalense en el partido ante el Barcelona; por último, el del Villarreal-Espanyol anuló un gol en el último minuto porque el balón en el aire "rebasó" la línea de fondo- que puede ser pero me da que no hubiera sido tan meticuloso si el gol lo hubiera hecho el equipo local-; es decir, toda una relación de pifias de las que no se libra García Bestilleiro, quien dirigió el Castellón contra el Hércules: en un cuarto de hora cambió el criterio al expulsar a Kike Mateo con roja directa y con una jugada similar(o más grave), mostró la tarjeta amarilla a Aurelio. Fue un repertorio lamentable de errores que los colegiados "colecccionan". Como comenté en un apunte hace un tiempo, los colegiados sólo unifican criterios a la hora de pedir dinero. Algunos de los fallos cometidos se arreglan con el ansiado uso de los medios audiovisuales y otros no los mejoraría esa ansiada profesionalización: el (pernicioso) uso de la "ley de la compensación" y que se vivió en el Calderón (penalty nada claro al Recre y después otro similar al Atlético y, por medio, no pitar uno evidente al equipo onubense que hubiera supuesto un escandaloso 0-2 que el árbitro no deseaba que existiera) o en Anoeta(la misma historia, dos penas máximas muy dudosas).

Últimamente se ha impuesto la decisión de que el colegiado que pita un partido de relumbrón haga una rueda de prensa previa y hablar- lo que no se entiende es que no se haga después del partido- de cosas que son puro tópico. Entre las "perlas" del colegiado destaca una: "... Nosotros somos una parte más del partido y cometemos ciertos errores como todo el mundo, aunque es cierto que hay una tendencia a que nuestros errores se magnifiquen más que los del resto" . Invocar que un técnico A o un jugador B han fallado en el planteamiento o en un remate es igualar un fallo con el de pitar un penalty dudoso u omitir uno claro, vamos, equiparar un fallo de un juez o de un abogado; mientras que en el segundo caso, un cliente se puede desprender del abogado- como el técnico a un jugador que esté fallón-; en la primera, sólo queda recurrir el fallo o denunciar por prevaricación al juez- linda palabra para definir el hecho de no pitar un penalty claro-. Si ellos se ven impotentes para estar a la altura que ya impone el fútbol actual, donde se juega demasiado dinero para estar en manos de gente cuyo mayor defecto es la ansía de protagonismo, lo tienen fácil: pedir a las altas instancias del fútbol, veáse la FIFA, que se aplique los medios técnicos. No evitarán el error al 100% pero sí limitarán muchos de los fallos cometidos por los trencillas. Mientras que sigan diciendo que la polémica arbitral no es mala porque sirve para dar vidilla a las tertulias seguirán mostrando ese afán protagonista a través de un mentira. Ahí están las grandes afluencias en el fútbol americano, donde las decisiones arbitrales son visionadas en instantes posteriores. Allí el debate será sobre si un técnico es bueno o malo, aquí por cómo pudo dar validez a una mano clara y evidente como la de Agüero.

ApunteAl final regresó Agassa a Alicante. Por un lado se va encontrar con una titularidad difícil de recuperar ya que Aragoneses lo está haciendo bien ( un gol encajado en cuatro partidos oficiales) y, por otra, parece que la historia del visado del togolés está trayendo de cabeza tanto al portero como a la entidad blanquiazul.