domingo, diciembre 12, 2004

Cambios de entrenador


Hoy volvemos a ver otra nueva cara en el banquillo del Rico Pérez en esta temporada 2004/05 bastante atípica. En esta ocasión, el que dirigirá al equipo se llama Juan Carlos Mandiá, un "joven" valor que entrena a su segundo "hueso" tras ese Logroñés al que colocó en la promoción y fue cesado en la segunda jornada de promoción. De esa experiencia quedan varias cuestiones desconocidas que hoy pueden resolverse en parte. De su experiencia en tierras riojanas tiene en su haber: llevar un vestuario que no se alejaría mucho del que tiene aquí con buenos jugadores pero con problemas de cobro, llevar a un equipo con "urgencias históricas" desde la décima posición a una tercera, ficticia, ya que la pérdida de tres puntos que recibió de sanción por no jugar en Binéfar impidió lograr el primer puesto que le habría correspondido, simplemente, de haberse presentado en tierras oscenses y perder por 3-0; en su debe, quedan dudas sobre los hechos que acontecieron en aquella promoción en la que sólo duró dos semanas- aunque parece que todo se debe al propietario del Logroñés en aquellas fechas-, sobre como juega ya que hay gente que lo tilda de conservador y otro que lo hace de entrenador ofensivo, etc.

La pregunta es la eterna de siempre: ¿vale la pena destituir a un entrenador?. Mi experiencia como aficionado es que es difícil valorarlo. En los últimos tiempos ha habido cambios que se podrían catalogar como malos o como buenos. Desde el año de primera, para evitar alargar la cuestión, ha habido cambios casi en cada temporada y se puede decir que dieron resultados positivos o negativos... incluso, los que la gente considera en este último sentido. Por ejemplo, Quique Hernández habría sido catalogado como héroe ya que las jornadas que entrenó supusieron 37 de los 42 puntos, ¡¡de haber empezado la Liga cuando llegó él, se habría acabado 14º!!. Quizás, no tuvo que seguir en la temporada siguiente ya que Peris lo tenía "crucificado" desde ese mismo junio de 1997;la llegada de Vidal fue revolucionaria y llegamos al 4º puesto- ¿quién no creía en el ascenso tras el 4-0 a esa UD Las Palmas del hoy "galáctico" García Remón?- pero nunca sabremos qué hubiese pasado de que Bolo no se hubiese lesionado; en el año del descenso, se tardó en llamar a Manolo Jiménez(en este caso, lo mismo que con Quique Hernández). El cese en la jornada 3ª de promoción sobró(99/2000), Corominas fue cesado sin apenas presión y la mejoría llegó con Carbonell y un orden determinado en los jugadores; Álvaro Pérez no tuvo que ser cesado como ,tampoco, Miñambres en el sentido de que ,cuanto más se tarde en cesar, los efectos del cambio no llegarán a tiempo de percibirse.

Ahora, Mandiá tiene un trabajo duro pero en el que la presión de ascender no debe llegar a agobiarlo ya que él no es el culpable de la situación actual. Dejarlo trabajar y los efectos se verán con el tiempo. Por ahora, lo importante es una huida hacia delante y acabar la primera vuelta con los 30 puntos como mal menor para que la segunda vuelta no sea asfixiante como la del ETOSA del año pasado. La única cosa clara es que la llegada de Manolo Jiménez sería más perjudicial ya que ahora se precisa la unidad de la afición con el equipo y las discrepancias de cierto sector de ésta por la presencia del extremeño no aseguraba esa unidad que comentaba.

Lea la crónica del partido de hoy con el CD Castellón