domingo, octubre 10, 2004

Estrés


Es la palabra maldita y que envuelve todo el entorno herculano cada vez que el equipo juega en el Estadio. La estadística, fría manera de explicarlo, resume tanta frustración con un hecho: siete victorias de veintidós posibles, la consabida media vuelta que estuvo el equipo sin ganar o los tres encuentros de esta temporada donde la paradoja fue extrema- dos partidos aburridos que acabaron con empate y la mejor primera parte que se ha visto pero que acabó con derrota- son ejemplos del desánimo. El estrés perjudica al equipo pero su propia actitud es la que, a veces, impide que la afición le apoye en la terrible lucha por conseguir una victoria que parece tan difícil como a San Jordi derrotar al dragón. En la rueda de prensa del viernes, el mister trataba de reducir tanta negatividad y decía lo siguiente sobre el hecho de comentar que no se había ganado aún en casa: «Hablar de esto es negativo y psicológicamente repercute. Hay que tener más tranquilidad. Lo que hay es seguridad, confianza y tranquilidad». Eso sí, sin tener en cuenta que su forma de jugar es la que facilita esta sensación de que ganar cuesta la misma vida. Para más inri, las victorias fuera de Alicante sólo mitigan la presión que se encuentra el equipo al saltar al terreno de juego del Rico Pérez; es más, tanto parecido con la temporada pasada es la que preocupa dentro del seno de la afición que teme una repetición del año pasado. Sin embargo, el modo de solucionarlo parece que no va a ayudar precisamente: tratar de defender mejor en vez de buscar crear ocasiones de gol es ir en dirección contraria de lo que se pide al equipo desde las gradas. La ambición que necesita el equipo debe ir encaminada a buscar los goles, no a evitar encajarlos, como se comentaba en el diario METRO el viernes- si logra no encajarlos, estupendo- por el bien del fútbol en esta ciudad. Es decir, preferir el 5-4 al 1-0 al que nos tienen acostumbrados desde hace dos años. Potenciar la defensa es positivo pero debe ser auxiliar de lo que es importante y nos puede dar el ascenso: buscar el gol por todos los caminos y aprovechando la capacidad ofensiva que tiene el equipo, que es mucha, lo aseguro.

Preguntaba un forero en machohercules.com sobre qué pasaría si la situación fuese al revés, es decir, tres victorias en casa y dos empates fuera, y yo le respondería que sería diferente: mayor afluencia de la afición al Rico Pérez porque el aficionado necesita que su equipo le "asegure" alegrías y buen juego en el estadio; sobre los partidos jugados fuera, se preocuparía pero recordaría que, incluso, en el año del ascenso a 2ª, se perdieron los dos primeros partidos fuera. Por tanto, habría visto ganar tres veces en casa con espectáculo en dos de ellos, lo que además supondría una menor presión de los aficionados al entrenador en forma de pitos, y esperaría a que el buen fútbol llegase fuera cuanto antes mejor. Con toda seguridad, estaríamos sobre los seis mil abonados si el buen fútbol se desarrollase en casa y se ganase. Pero eso es otra historia.



Esta noche, en miequipo.com,la crónica del Hércules- CE Sabadell